Continúe con su vida

Una gran parte de su vida se ha centrado en la salud y el bienestar de sus hijos. Habrá dedicado gran parte del tiempo a asegurarse de que comían bien, estudiaban, jugaban, hacían amigos y, en general, a preocuparse por ellos. Pero ahora que son independientes es hora de volver a centrarse en sí misma.

El hierro es un nutriente esencial para que su cuerpo funcione bien. A pesar de que es especialmente importante para los niños cuando crecen,1 también es esencial en el resto de etapas de la vida. Si su cuerpo tiene niveles bajos de hierro puede producirse una enfermedad denominada anemia por déficit de hierro, en la que se reduce el número de glóbulos rojos sanos.2 Si desea obtener más información sobre el papel que desempeña el hierro en su cuerpo, consulte «Importancia del hierro para la salud».

 

Hierro en la madurez


Los cincuenta son los nuevos cuarenta. Dado que la salud en general ha mejorado, la percepción de la edad ha cambiado. Las expectativas de trabajo y de vida han aumentado y estamos en forma y con salud durante más tiempo de lo que lo hacían nuestros abuelos. Además de cuidarnos, mantener una buena dieta es fundamental para mantener el cuerpo sano.

El hierro participa en muchos procesos del cuerpo. Entre otras cosas es necesario para transportar el oxígeno a través de la sangre, con el fin de dar energía a todo el cuerpo y ayudarle a concentrarse.4 Asimismo, le ayuda a mantener sano su sistema inmunitario, lo que le permite combatir infecciones.5 Si tiene falta de hierro, estos procesos se verán afectados. La concentración y la memoria a corto plazo son las aptitudes más perjudicas,6 lo que puede llevarle a ser menos productivo en el trabajo y en su vida cotidiana.3

La falta de hierro puede afectar igualmente a su salud. Si ha padecido ferropenia durante los dos últimos años, es más probable que sufra agotamiento grave, falta de vitalidad y reducción de su bienestar mental y físico.6 Puede aumentar sus niveles de hierro ajustando su dieta.

Para obtener más información sobre los síntomas del déficit de hierro, utilice nuestro Explorador de síntomas. Puede ser el punto de partida para acudir a su médico.

Las personas que han padecido recientemente ferropenia suelen sentirse extremadamente cansadas.6 Uno de los síntomas más característicos de la ferropenia es la fatiga,4 un agotamiento físico y mental que no desaparece ni descansando y que le puede hacer sentir irascible y apático a diario. Para evaluar su nivel de cansancio, utilice nuestra Encuesta sobre la fatiga. Puede emplear los resultados de la encuesta para explicarle a su doctor cómo afecta la fatiga a su vida.

 

Menopausia


La menopausia representa un gran cambio para su organismo comparable al inicio de la menstruación. Los niveles hormonales responsables de la liberación mensual de un óvulo comienzan a reducirse. Su cuerpo se lo muestra mediante sofocos,7 alteración del sueño8 y cambios de humor.7

Cuando su menstruación se detiene, la necesidad de hierro disminuye de 18 mg/día a 8 mg/día.9 Si ha estado tomando un suplemento de hierro para mejorar sus niveles o para lidiar con el sangrado menstrual abundante, probablemente ya no necesitará tomarlo más. Sin embargo, si una vez que desaparece la menstruación muestra síntomas de ferropenia, como estar pálida10 o sentir fatiga,4 puede deberse a alguna enfermedad. Algunas enfermedades, como la insuficiencia cardíaca crónica11 o el cáncer,12 aumentan el riesgo de sufrir ferropenia. Si cree que puede sufrir déficit de hierro o alguna de las enfermedades asociadas a el, es importante que acuda a su médico, quien le recomendará el mejor plan de acción y el mejor tratamiento.
 

Continúe con su vida


Del mismo modo que sus hijos han crecido en un abrir y cerrar de ojos, la vejez se acerca poco a poco. Puede que su cuerpo no se mueva tan rápido como lo hacía, pero si le proporciona los nutrientes adecuados, le ayudarán a lidiar con los cambios de la edad.

La anemia por déficit de hierro es una enfermedad en la que no se cuenta con suficientes glóbulos rojos sanos para transportar las cantidades normales de oxígeno por el organismo. Es común en las personas mayores y el riesgo aumenta con la edad.14 Existen diversas causas que se dan en los ancianos, como la artritis reumatoide, la enfermedad renal crónica o los problemas gastrointestinales.14 Sin embargo, también puede verse afectada si no obtiene suficiente hierro en la dieta. El déficit de hierro es la segunda causa más común de anemia ferropénica en las personas mayores (se da en el 15-30% de los casos).14 Otras posibles causas incluyen la deficiencia de vitamina B12 debido a problemas de absorción del hierro.14

Los síntomas incluyen palidez, fatiga y dificultad al respirar,14 aunque estos síntomas pueden deberse a otras enfermedades comunes en las personas mayores,14 como la artritis reumatoide15 o una enfermedad pulmonar.16 Por ello, es importante que acuda a su médico si le preocupa la posibilidad de tener niveles bajos de hierro, ya que él podrá descubrir la causa real de los síntomas.


Padecer ferropenia cuando envejece puede afectar a su fuerza y equilibrio, así como a su mente.14 Puede ayudar a su cerebro a mantenerse sano mientras envejece manteniendo una buena dieta a lo largo de su vida. Si se centra en algunos alimentos como frutas y verduras, cereales integrales y pescado, evitando ingerir grandes cantidades de pasteles y queso durante la mediana edad, puede ayudar a su cerebro a funcionar correctamente durante más tiempo.17

Cuídese y disfrute de este momento.